sábado, 28 de septiembre de 2013

has visto como muere un pez?


¿Has visto como muere un pez?

¿Has visto como muere un pez?, ¿has visto la agonía de la madrugada al  rayar el alba?, ¿conoces esa sensación cuando tus sueños  se derrumban justo una fracción antes de realizarlos? Ese es reflejo de mi alma en agonía por amarte tanto. Porque mis sueños (tu) se esfuman de mis manos como se esfuman los días de un desahuciado. Pero en este amor me consuelo porque es eterno y verdadero. Y tú, la que juro amor, la que hizo de cada sueño la más bella ilusión, ¿Dónde están tus promesas? ¿Dónde están tus amores?; lo sé, en algún lugar de tu corazón; porque esas noches eternas en mis brazos aun palpitan en tu pecho, porque tus muslos están tatuados con mis manos y tus espacios aun recuerdan las medidas de mi amor. Mas ahora tus sueños desvelan el amor de otro y tus amores son de otras manos, pero el recuerdo lleva mi nombre y tu nostalgia mi pecho y esa es tu condena. Las mañanas acallaran mi recuerdo pero los ruidos de la noche despertaran tu alma, me buscaras para refugiarte en mi recuerdo; y escucharas su respiración y desearas que fuesen mis sueños los que velas, sentirás el frio de la noche y la mano suave de la muerte disfrazada de soledad; tus ojos, tu alma y tu deseo suplicaran mis amores, mis besos, mis versos y mis manos en tu cuerpo, todos tus rincones desearan mi entrada y mi salida hasta verme desfallecer; entonces tu corazón cobarde desangrara de tristeza y soledad; y vivirás en un mar turbulento lleno de rocas y corales muertos, de aguas turbias y fantasmas de soledad, y no encontraras un pez que te hable de mi, sentirás ahogarte en tu propio mar, en completa soledad.


Entonces entenderás mi pregunta: ¿has visto alguna vez como muere un pez?

sábado, 21 de septiembre de 2013

viento


Viento

Ayer mientras mis huellas se perdían en la arena platicaba con el viento, discutíamos acerca del pensamiento, los sueños y el amor. Me preguntaba sobre los amantes, las caricias y la pasión. Hacíamos hincapié en los susurros de amor, los gritos de libertad y de las promesas. Quería escuchar de propia voz (la voz del viento) donde escondía todas esas promesas que se llevaba, esos amantes que nunca regresaban y el último aliento de los que mueren. Quise indagar por el llanto de mi pueblo, ese que el escucha como canción trágica en una  historia de muerte, de como el tirano se burla y el hijo malo planea en contra de su patria.

Escuche sobre sueños de libertad y de esperanzas de vida. Me platicaba del amor de esa bella dama y las lagrimas que le ha tocado secar. Del aroma de las flores y la sonrisa de los niños, de cuantas veces se ha detenido a escuchar a los viejos.

 De pronto se volvió cálido y confeso sobre las caricias que hace a la piel de la mujer, del aroma de sus cabellos y la pasión que emana de su aliento. Ensimismado y con malicia recordó la sensación al recorrer el cuerpo desnudo de la mujer. Revoloteaba de Norte a sur y de arriba hacia abajo confesando sus secretos.

Tímidamente le pedí que me llevara con él; súbitamente todo quedo en silencio y solo escuchaba un suave murmullo entonces grite al silencio sepulcral !Dile que la amo y que mi alma espera por su amor!

sábado, 14 de septiembre de 2013

La Gran Ciudad


La Gran Ciudad

 

Bulliciosa y apresurada corre la vida en un mar de luces y fantasmas; miles de rostros se deslizan ligeros y fugaces, como yendo a ningún lado y a todos lados.

Cadenciosos y como adormilados, con un toque fantasmal y con mirada perdida, son como sombras, cada rostro en La Gran Ciudad vestido de soledad en un mar sonrisas fingidas.

La Gran Ciudad la que se viste de monotonía, donde la melancolía impera en franca anarquía, donde todos son amantes pero carecen de un amor;  donde el amor solo es un trueque.

Cada  esquina, cada luz, cada voz y cada rostro; cada instante una revolución,  nostalgias que se sublevan, esperanzas que mueren en un suspiro; futuros que no llegaran.

Atrapados entre el acero y el concreto; libres como el viento pero sin voluntad de largarse, zombis que viven en algún rincón de la ciudad, seres felizmente atrapados por el encanto, de La Gran Ciudad.

 

 

 

viernes, 6 de septiembre de 2013

si te perdiera


Si te perdiera

 
Si te perdiera ¿qué sería de mí?  Las noches serian más obscuras y mis mañanas grises, sería más fácil levantarme y una proeza dormirme.

Los instantes se harían eternos y los días siglos que envejecen mi alma.

Si te perdiera ¿quién acompañara a mi soledad? Buscaría tu recuerdo para acurrucarme en él y el aroma de tu cuerpo para saber que estas aquí.

Te inventaría en mis rincones y te amaría hasta morir.

Si te perdiera el arcoíris perdiera su color, las gotas de lluvia serian dardos que acusan a mi soledad y las tardes grises de otoño el reflejo de mi alma.

Mi vida sería un invierno y mis vivires un infierno.

Mis te amo serian voces vacías al viento y mis besos aves volando sin destino. Mi deseo seria para la nada y mis fantasías pesadillas.

Si te perdiera, pierdo mi voz, mi energía, mi inspiración, mi todo