Obscura Soledad
Las tinieblas de la noche me perturban, las paredes de
esta habitación me estremecen, pensando en ti, queriéndote, sabiendo que no
estas y no volverás.
Tu recuerdo es como una daga que hiere mi pecho, un
huracán de ilusiones que destroza mi corazón.
Tendido en esta cama que parece de piedra acaricio la
almohada buscando tu olor; las sabanas pesadas aprisionan mi pecho, ahogan mi
soledad y congelan mi espíritu pues les falta tu calor.
Miles de vueltas sobre un círculo, miles de formas
para dormir, no encuentro la clave para el descanso de mi alma, no encuentro la clave para dejarte de amar.
¿Cómo volver a los tiempos de ayer? Cuando la vida era
libre, cuando el futuro era claro, cuando ignoraba tu belleza, cuando tu
hechizo no llegaba aquí.
Pero te cruzaste en mi camino, y partiste mis años en
dos, y me alimentaste con el aroma de tu piel y me guiaste con la luz de tus
ojos.
Y te marchaste como el viento llevándote mi voluntad,
dejando en mi luto y pesar.
¿Cómo hacer para olvidarte?, ¿Cómo hacer para despegar de aquí tu
recuerdo? Ese recuerdo que me ata, me
mata y me destruye.
Ojala pudieras venir, ojala pudieras voltear a ver
este mendigo de tu amor, y con una simple caricia levantar del muladar esta
vida mía que se pierde porque no estas aquí.
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